jueves, 13 de agosto de 2015

Optimizacion integral del mantenimiento alineado al negocio (2da parte)

2. ORIENTACION A LOS NEGOCIOS
Como ya mencionamos anteriormente, el enfoque de orientación a los negocios nos exige objetivos estratégicos y competitivos e indicadores de gestión. Para ello debemos tener claro como juega el mantenimiento en la economía de la organización.
Tenemos por un lado, los costos directos, como ser la mano de obra, los subcontratos, los repuestos, los materiales, la capacitación y los gastos de administración. Todos estos son los que figuran en el presupuesto de mantenimiento, sin embargo no son los únicos costos del área. Por otro lado están los costos indirectos, que son los que se generan por hacer mal el trabajo de mantenimiento, entre ellos encontramos los derivados por pérdidas de producción, mala calidad de productos o servicios, demoras en entregas, costos de capital por stocks excesivos (tanto sea de repuestos como de productos en proceso), pérdidas de energía, problemas de seguridad y lo relacionado al cuidado del medio ambiente y la necesidad de mayor inversión debido a la menor vida útil de los equipos e instalaciones.
Para entender la magnitud de los diferentes costos usaremos el clásico ejemplo del iceberg: la parte visible del tempano de hielo serían los costos directos, la parte sumergida  los costos indirectos. Al igual que en el tempano gigante, los costos indirectos u ocultos son de cinco a diez veces más grandes que los costos directos o visibles.
Nuestro éxito estará dado en la medida que la inversión en costos directos nos ayude a disminuir, o bien, eliminar los costos indirectos.
 
3. PRODUCCION Y EFECTIVIDAD GLOBAL DE EQUIPOS
Para lograr lo anterior debemos tener objetivos operativos claros, y no hay duda que uno de los más importantes y básicos es el de Producir.
La Producción (P) no es el resultado de un esfuerzo aislado, sino el producto de una acción combinada la cual se inicia con la capacidad instalada (C), que depende de la inversión realizada; sigue con el Ritmo (R), que depende de cómo se efectúe la operación de las instalaciones; continua con la Calidad (Q), en función del sistema de gestión de calidad que la empresa haya desarrollado; para terminar con la Disponibilidad (D), la cual depende del mantenimiento que realicemos.
Los cuatro factores son necesarios para el desarrollo de la producción, y la formula que lo significa es:
                                              P = C x R x Q x D
Esto nos lleva al primer gran indicador a tener en cuenta: la efectividad global de equipos (EGE), que a su vez es el producto de tres indicadores también muy importantes: el ritmo, la calidad y la disponibilidad:
                                           EGE = R x Q x D (%)
El ritmo es la relación de la capacidad real de producción (CR) dividida entre ésta misma más las pérdidas por trabajo en vacío, pequeñas paradas y ritmo reducido (PV).
                                         R = CR / (CR + PV) (%)
La calidad es la relación de la producción de primera calidad (P1C) dividida entre el total de ésta y los rechazos por defectos en el proceso o disminución de rendimientos (RE).
                                       Q = P1C / (P1C + RE) (%)
Finalmente, la disponibilidad es la relación del tiempo de operación real (TO) dividido entre el tiempo total programado a operar, que es la suma del tiempo de operación real (TO) mas el tiempo de reparación (TR) y el tiempo de espera (TE).
                                    D = TO / (TO + TR + TE) (%)
 
Las normas ISO 9000-4: 1994 e IEC 300-2, definen el término “Seguridad de Funcionamiento” como el usado para describir el desempeño de disponibilidad (D) y los factores que lo influyen: el desempeño de la confiabilidad, de la mantenibilidad y de la soportabilidad.
El desempeño de la confiabilidad se expresa mediante el tiempo medio entre fallas (MTBF), el desempeño de la mantenibilidad mediante el tiempo medio de reparación (MTTR) y el desempeño de la soportabilidad mediante el tiempo medio de espera (MWT). Estos tiempos medios son también indicadores usados ampliamente para medir el desempeño del mantenimiento cuya expresión algebraica es:
                         D = MTBF / (MTBF + MTTR + MWT) (%)
Llegados a este punto, es importante definir los conceptos de confiabilidad, mantenibilidad, y soportabilidad.
La confiabilidad es la probabilidad de estar funcionando sin fallas durante un determinado tiempo en unas condiciones de operación dadas.
Un concepto importante de señalar al hablar de confiabilidad, dada la definición de mantenimiento indicada en párrafos anteriores, es que ningún mantenimiento es capaz de dar más confiabilidad a un equipo o instalación que la inherente dada por el diseño o montaje.
Por su parte, la mantenibilidad es la probabilidad de poder ejecutar una determinada operación de mantenimiento en el tiempo de reparación prefijado y bajo las condiciones planeadas.
La soportabilidad es la probabilidad de poder atender una determinada solicitud de mantenimiento en el tiempo de espera prefijado y bajo las condiciones planeadas.